jueves, 23 de mayo de 2013

Tango, deseo y pasión.

Antes de leer este poema, aviso que los acentos que falten o alguna palabra que noten mal escrita, son debido a que lo hice tal cual hablamos nosotros en Argentina, para este poema particularmente.
 
 
 
Vení. Si, vos. Acercate.
Así como yo, a paso lento;
mirame a los ojos
y seguí mi contorneo,
que tus pupilas dibujen mis curvas
en la sombra de tu infierno.
Sentí mi dedo en tu pecho,
el que te frena, para dejarte ahí, quieto.
Sentí mi respiración en tu cuello
cuando te rodeo con mis brazos
teniéndote distante,
aunque  despacio, seduciéndote me acerco.
Voy girando sobre tu alrededor
acariciándote y siento ya tu deseo.
Tu aliento se transforma en jadeo...
Sé que me observas.
Relames tu boca mirando
todo lo que poseo.
¡Agarrame ahora fuerte y bailemos!
Firme. Con actitud. Con deseo.
Sentí la música en tus venas
y que haga disfrutar tu cuerpo.
¡Pegalo junto al mío!
Que se incendie
como brasas en pleno invierno.
Tomá mi pierna,
está sobre en tu hombro
esperando que la sientas
y percibas mi piel de terciopelo.
Embriagate con mi perfume
con cada movimiento impuro
que nos invita esta pasión
con cada movimiento sensual y profundo,
captando cada vez más tu atención.
Ruge el suelo cada vez
que me pego más y más a vos.
Tu boca, mi cuello
mis labios, tus cabellos;
mi hombro, tu pecho
tus piernas,  mi deseo...
Todo roce, todo fuego
¡Así se baila el tango!
Ahora vení... ¡Qué ardemos!
Terminemos nuestro juego...
Vení, que te muerdo
voy a saborear esa boca,
que tanto anhelo.
Poné bajita la música...
Pero que siga el tango,
la pasión  y nuestro deseo...♥